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Jul 18

Fue su primer festejo de cumpleaños y se lo regaló la Unidad de Salud

  • Cumple Alto ParanáÉrica cumplió 10 añitos esta semana, aunque su edad mental es de 4 años. Su mamá ya no la llevaba a la escuela porque allí se burlaban de ella.
  • Por su condición económica, nunca le pudieron festejar un cumpleaños.
  • Pero muchas cosas cambiaron en su vida desde que fue detectada por la Unidad de Salud. “¿Ndéiko reju yvatégui?” (¿vos viniste del cielo?), le preguntó la madre a la licenciada del MSPyBS.

Su familia nunca había podido festejarle un cumpleaños, pues es de escasos recursos económicos. Pero en la vida de Érica, hace tres meses las cosas cambiaron para mejor y esta semana ya tuvo su primera fiestita, de la mano de la Unidad de Salud “Los Cedrales”, de Alto Paraná, dependiente de la Décima Región Sanitaria del MSPyBS.

La licenciada Marisol Aguirre, quien conforma el Equipo de Salud de la Familia junto con la Dra. Lourdes Paniagua y la técnica Mirian Duarte, en una de sus visitas a la comunidad, llegó hasta una vivienda más, sin saber que allí su dedicación y espíritu de servicio cambiarían la vida de una niña y la de su familia, completamente.

“Su mamá me contó que Érica había nacido con una empírica y tuvo sufrimiento fetal, lo que le provocó un retraso mental. Ella vivía encerrada en su casa, no iba a la escuela. Me partió el corazón cuando me explicó que ya no la enviaba porque allí sus compañeritos se reían de ella y no quería que su hija pasara por esa situación”, detalló la licenciada Aguirre, enfatizando que, cuando la conoció, era una niña muy triste e introvertida.

En ese momento, la profesional puso manos a la obra para que la pequeña acceda a un diagnóstico, la llevó ella misma a consultar a una Fundación que asiste a niños/as con discapacidad. En colectivo, por la madrugada, ella iba con Érica a las consultas durante los últimos tres meses.

Fue evaluada, y el psicodiagnóstico dio cuenta de que la edad madurativa de la pequeña es de 6 años y la edad mental es de 4 años y medio, a pesar de que su edad cronológica es de 10. Presenta déficit a nivel perceptivo visomotriz y se sugirió un control neurológico por déficit de atención y memoria y una evaluación pedagógica, con la recomendación de encaminarla hacia alguna actividad física.

Por otro lado, también presenta una hipertrofia de las amígdalas, lo que causa una dificultad para el habla. Según los profesionales, eso mejorará con una cirugía, y ya están encaminando la operación.

“Esta semana ella estuvo de cumpleaños, entonces quisimos festejarle y colaboramos entre todas. Hicimos chocolatada, una torta, inflamos globos y decoramos el consultorio. Cuando terminamos de preparar la fiesta sorpresa, fui hasta la casa de Érica y hablé con la mamá para decirle que le teníamos preparado un festejo en la Unidad. Ella lloró y me preguntó, ¿Ndéiko reju yvategui? – ¿vos viniste del cielo?”, refirió la licenciada.

Pero el acompañamiento que hace la Unidad a esta familia no quedó allí. Mediante el tratamiento y mucha dosis de cariño, Érica se expresa mejor y ya va a la escuela nuevamente. La licenciada Marisol Aguirre se encargó de hablar con profesores y directores de las instituciones educativas de la zona, hasta conseguir que la pequeña ingresara al primer grado. “Pero antes fui a dar una charla a sus compañeritos, para que compartan con ella y no le traten mal. Ahora, todos le ayudan. Ahora se la ve sonriente y feliz”, sostuvo orgullosa la profesional.

Ésta es una historia de dedicación y amor al trabajo y a los pacientes, como tantas otras, que tal vez no se conocen, pero que están cambiando vidas.

“La calidad de vida ahora es mucho mejor. Si es por ella, todos los días quiere ir al puesto de salud. Inclusive, a veces se pone celosa cuando estoy con otros pacientes”, concluyó Aguirre.