- Otros optan por consumir jugos de frutas y en menor medida bebidas gaseosas.
La mayoría de los visitantes a la Basílica de Caacupé prefieren beber agua para aplacar el intenso calor, porque según argumentan, brinda mayor saciedad al organismo.
Más del 90% de los encuestados optan por consumir el vital líquido, antes que los jugos de frutas o las bebidas gaseosas. La mayoría viene hasta la Villa Serrana portando los elementos de la tradicional bebida, el tereré, mientras que otros se surten del agua provista desde los puestos del Ministerio de Salud, para lo cual fueron instalados 18 puestos estratégicamente ubicados a lo largo del camino.
Un 30% aduce que tanto el agua como los jugos de frutas son alternativas válidas para contrarrestar la sed, además que contribuyen a beneficiar la salud.
Blanca Estela Báez, hace cinco años cuenta con un puesto de venta de jugos y ensaladas de frutas, ubicada a cercanías de la Basílica. Refiere que la venta de los productos es muy buena con relación a años anteriores. “La gente prefiere más los jugos de naranja y piña, son los que tienen más salida”, señala. Jugos de banana o frutilla con leche son otras de las opciones dentro del menú saludable. “Esto prefieren tomarlo como desayuno”, asegura la vendedora.
“Un promedio de 200 vasos de jugos por día es lo que vendemos. Si hace mucho calor alcanzamos vender 300 vasos”, precisa. Menciona que el negocio es bastante rentable, con ello mantiene a su familia.
Existe también la posibilidad de alquiler de tereré. Jarra con agua y hielo, guampa, bombilla, yerba saborizada y remedio refrescante a solo 5.000 guaraníes, es la propuesta que ofrece don Julián, quien dispone de un puesto permanente al costado de la Basílica. Refiere que sus clientes son mayormente jóvenes. La venta oscila entre 70 a 80 equipos diarios, sostiene.
Todos coinciden que la mayor venta se registra en la noche del 7 y la mañana del 8 de diciembre. “Eso es todos los años”, manifiestan.
La chipa, una tradición
Doña Emiliana Acosta de Vallejos, más de 45 años se encuentra abocada a la venta de la tradicional “Chipa”, rubro con el cual saca adelante a sus 7 hijos. Indica que la venta va mejorando progresivamente. Según relata la señora Emiliana, por día vende alrededor de 1600 chipas, 4 canastas llenas. Los precios se encuentran alrededor de 1.000, 2.000, 5.000 y 10.000 guaraníes.
Resalta que en comparación a años anteriores la venta se ha reducido ligeramente debido a la presencia de un menor número de peregrinos. “Pero no me quejo. A pesar de todo estamos vendiendo muy bien. La gente compra mucha chipa y si les gusta llevan en cantidad”, asegura la esforzada mujer.
