- Las personas con esta afección tienen alto riesgo de desarrollar un cuadro más grave.
- Recomiendan vacunar a los grupos de riesgo consistentes en niños, personas de la tercera edad, embarazadas o con comorbilidades.
A pesar de que las personas con asma no son propensas a contraer la influenza, puede desarrollar una forma grave, incluso si su asma es leve o sus síntomas son bien controlados con medicamentos.
La vacunación es el primer y más importante paso en la protección contra la influenza. Todas las personas de seis meses en adelante, que padecen de asma, deben recibir una vacuna.
Las vacunas contra la Influenza están aprobados para su uso en personas mayores de 6 meses, independientemente de si tienen o no tienen asma u otras condiciones de salud. La vacuna contra la gripe tiene un largo historial de seguridad establecido en las personas con asma.
Las infecciones neumocócicas son una complicación grave de las infecciones de la influenza y pueden causar la muerte. Vacunas neumocócicas se puede administrar al mismo tiempo que la vacuna de la gripe.
Las vías respiratorias de las personas con asma son delicadas y se mantienen inflamadas, y la influenza puede causar más inflamación de las vías respiratorias y los pulmones. La infección de la influenza en los pulmones puede desencadenar ataques de asma y puede empeorar sus síntomas. Los adultos y niños con asma son más propensos a desarrollar neumonía después de contraer la influenza que las personas que no padecen de asma.
Para detener la propagación de la influenza no olvide:
- Permanecer en el hogar si está enfermo, excepto para recibir cuidados de salud.
- Mantenerse alejado de otras personas que están enfermas.
- Cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo al toser o estornudar y luego arroje el pañuelo a la basura. Si no tiene un pañuelo desechable, tosa o estornude cubriéndose con el ángulo interno del codo u hombro, no sobre sus manos.
- Lavarse las manos con agua y jabón frecuentemente, en especial luego de toser o estornudar.
- Evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca (los gérmenes se diseminan de esta manera)
Limpiar y desinfectar las superficies de contacto más comunes en el hogar, en el trabajo o en la escuela, especialmente cuando alguien está enfermo.