- Fue el testimonio que compartió, Fátima Giménez, de 22 de años de edad, durante el acto de conmemoración del Día Mundial del Prematuro.
- La mujer había nacido a los 6 meses de gestación, en el hospital Nacional de Itauguá donde estuvo internada por más de 2 meses.
-
- Actividad se realizó esta mañana en la sede del Ministerio de Salud, con presencia de la Viceministra de Salud, Dra. Teresa Barán y otras altas autoridades.
Este día es recordado como cada año por la joven y su familia como una fecha especial que representa luchas, sinsabores y batallas ganadas. “Nací un 22 de junio del año 1993, a las 28 semanas de gestación, en el hospital Nacional de Itauguá con solo 1.120 gramos. Por mi condición prematura tuve que ser ingresada a Sala de Neonatología. Después de sobrepasar varias dificultades, luego de 64 días de internación fui dada de alta”, recordó.
Explicó que los prematuros, al momento de nacer lamentablemente no saben lo que es el calor de una madre, un beso, una caricia, “por el contrario, recibimos pinchazos, fuimos sometidos a estudios constantes y en algunos casos a intervenciones quirúrgicas”.
En otro punto indicó que si bien, debido a su nacimiento precipitado no tuvo la posibilidad como otros bebés de contar con el primer contacto de sus seres queridos, tuvo la oportunidad de conocer a personas maravillosas que la ayudaron a seguir y lograr el triunfo de la dura batalla entre la vida y la muerte. “Yo los llamo ángeles, son mis héroes, me refiero a los médicos y enfermeros que velaron por mí, y a quienes estoy profundamente agradecida”, expuso emocionada Fátima.
La mujer añadió: “Tuve que pelear por vivir. Cada gramo ganado era un motivo de festejo para mis padres y familiares”. Refirió que jamás sus padres olvidarán está experiencia tan traumática que representa el nacimiento de un bebé prematuro y la lucha día a día por mantenerlo con vida y lograr por fin llevarlo a casa recuperado.
Fátima declaró que la vida es un verdadero milagro, algo que debe ser valorada cada día. “Los prematuros somos verdaderos especialistas en desafiar cualquier pronóstico negativo. Dios nos envía a este mundo con un propósito especial”, dijo convencida al auditorio.
La joven muy agradecida con la vida por esta oportunidad de existir, actualmente cursa el quinto año de la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de Asunción.
Gracias a la oportuna intervención del personal de salud y al acompañamiento familiar logró salir adelante y su prematurez no dejó secuelas.