- Esto, a los efectos de evitar la deshidratación.
- Consumir de entre 2 a 3 litros de agua por día.
Evitar la deshidratación es fundamental en temporadas de calor. El consumo de agua es esencial, coinciden expertos de la cartera sanitaria. Para que el cuerpo se mantenga hidratado, recomiendan ingerir por lo menos 2 a 3 litros de agua por día y no menos de esto.
Al respecto, la Dra. Tania Paiva, coordinadora de educación del Programa Nacional de Diabetes sostiene que para contrarrestar los embates del calor es necesario beber más agua que de costumbre y no esperar a tener sed, condición que se presenta cuando el cuerpo manifiesta deshidratación.
En lo posible beber agua sin sodio, principalmente aquellas personas que padecen de hipertensión arterial o insuficiencia cardiaca. Al respecto, Paiva refiere que el sodio hace que la presión se incremente y retenga el líquido del cuerpo. Sostiene que la retención de sodio en una persona con antecedente cardiaca puede desencadenar una insuficiencia cardiovascular.
Por otra parte, la referente del Programa de Diabetes refiere que las aguas gasificadas contienen sodio. Asimismo aportan colorantes, no tienen ninguna ventaja frente al agua potable.
Además señala que beber jugo no suplanta a la necesidad de agua que el cuerpo requiere. “Si bien los zumos de frutas contienen agua, no aportan los minerales necesarios como lo hace el vital líquido”, puntualiza. Los jugos aportan fructosa (hidratos de carbono) y calorías, por lo que se sugiere ingerirlo con moderación. “Para aplacar la sed lo principal es tomar agua”, subraya.
Considera que el consumo de agua ayuda a que el intestino mantenga su motilidad. “Para el funcionamiento intestinal no solo es necesario ingerir alimentos ricos en fibra, para que sea efectivo es necesario acompañar con líquidos, por lo que se aconseja beber abundante agua”, asegura la profesional médica.
En contra partida, explica que la falta de agua puede producir en el organismo, además de la deshidratación, incremento del nivel de glucemia (azúcar en sangre), en el caso de los diabéticos, ocasionando una descompensación.