- Altera la respiración normal y es potencialmente mortal.
- Puede afectar a fumadores activos y pasivos.
- No es curable, pero el tratamiento puede retrasar su progresión, para lo cual es esencial dejar de fumar.
EPOC es una enfermedad pulmonar obstructiva crónica caracterizada por una obstrucción en las vías áreas, que genera en la persona un bloqueo persistente del flujo de aire.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que esta afección pulmonar que altera la respiración normal es potencialmente mortal y no es totalmente reversible.
Entre sus síntomas más frecuentes se halla la falta de aire (disnea), la expectoración anormal y la tos crónica. A medida que la enfermedad empeora puede hacerse muy difícil llevar a cabo las actividades cotidianas como subir unos cuantos escalones o cargar un paquete.
Si bien, el principal factor de riesgo para el desarrollo de la EPOC es el tabaquismo, que incluye al fumador pasivo por estar expuesto al humo de tabaco ajeno, se reconocen igualmente otros factores: exposición ocupacional a polvos o gases, ambiental extradomiciliaria e intradomiciliaria a biomasa utilizada para cocinar y calefacción en hogares pobremente ventilados y las infecciones repetidas de las vías respiratorias inferiores de la infancia, según señala la OMS.
Los pacientes con esta afección tienen riesgo aumentado de complicaciones cardiovasculares, osteoporosis, infecciones respiratorias, diabetes, ansiedad, depresión y cáncer de pulmón.
La presencia de EPOC se confirma con una prueba diagnóstica, llamada espirometría, que mide la cantidad y la velocidad del aire inspirado y espirado. Como tiene una evolución lenta, generalmente se diagnostica en personas de 40 años o más.
INERAM cuenta con consultorios especializados para dicha enfermedad; consultorios para el cese de tabaquismo y realización de Espirometría que es fundamental para establecer el diagnóstico de la enfermedad. El mencionado nosocomio recibe en promedio unos 500 pacientes con EPOC, al año.
La EPOC no se cura y es esencial dejar de fumar para prevenir la progresión de la enfermedad. Existen varios tratamientos que pueden ayudar a controlar sus síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Ante la presencia de cualquiera de los síntomas citados anteriormente, se insta a recurrir a la consulta médica.