- Según datos de DIGESA, existe limitada actividad biológica y química.
- Estiman que en la segunda mitad del año podría existir un efecto contrario.
La Dirección General de Salud Ambiental (DIGESA) informó que la actual mejora temporal de la calidad de agua del Lago, caracterizada por una alta transparencia, se debería principalmente a una suma de factores ambientales determinada principalmente por la ‘limitada actividad biológica y química (entre ellas las cianobacterias) como consecuencia de las sostenidas bajas temperaturas ambientales, como así también un proceso de renovación de aguas debido a un ciclo marcado por el fenómeno climático “El Niño”, de intensidad moderada a fuerte.
Esto repercutió en el recambio de las aguas del lago, suponiéndose además, la ocurrencia de un lavado o flushing de parte de los sedimentos depositados en el lecho del lago hacia el Río Salado.
Las previsiones sobre el clima para el segundo semestre del año, sin embargo, señalan cierta posibilidad de que se registre un efecto contrario al fenómeno El Niño. Esto estaría asociado a un periodo de sequía que debe ser tenido en cuenta, atendiendo al impacto negativo por la escases de lluvias en la cuenca en el mantenimiento de la calidad y nivel de las aguas del lago.
Al 23 de junio de 2016, el Lago presentaba un nivel de 0,38 m (medido en la regla hidrométrica del CNSB), siendo este el nivel más bajo registrado durante este año 2016 (a la fecha del muestreo).
En monitoreos efectuados en la cuenca, se han detectado nuevamente perdidas de la red cloacal de la ESSAP en San Bernardino. Este reiterado problema señala claramente que el sistema cloacal de la ciudad requiere de una mayor atención al mantenimiento y una mayor inversión en este sector, considerando su impacto en el Lago.
La problemática del Lago Ypacaraí y su cuenca requiere insistir fundamentalmente en la protección y recuperación de Humedales pues estos actúan como sistemas depuradores, el tratamiento adecuado de los líquidos cloacales e industriales insistiendo en la regulación de las fuentes aportantes de nitrógeno y fosforo, el control y manejo adecuado de los residuos sólidos urbanos e industriales, el uso correcto de la tierra/ordenamiento territorial, el control de la erosión control de las cargas difusas de contaminación tanto agrícola como pecuaria; reforestación, monitoreo periódico, entre otros.