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Feb 19

FIEBRE AMARILLA: Riesgo puede reducirse con el control de la población de mosquitos

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  • Las zonas urbanas pueden mantenerse libres del virus con una efectiva acción contra vectores.
  • Para ello, es indispensable que la comunidad verifique sus viviendas de manera periódica y elimine criaderos y potenciales criaderos de mosquitos.
  • También, los gobiernos locales deben cumplir con la limpieza y la recolección de residuos en sus respectivas ciudades.

 

El riesgo de transmisión de la fiebre amarilla en zonas urbanas puede reducirse a través de una efectiva estrategia del control del vector, mediante la eliminación de criaderos y potenciales criaderos y la fumigación con insecticidas para eliminar los mosquitos adultos. Así también, con el uso de repelentes, mosquiteros y otras medidas de prevención de picaduras de mosquitos.

 

La cartera de Salud Pública insta a la población a que no descuide el control de sus viviendas de manera periódica, para la eliminación de potenciales criaderos y criaderos de mosquitos, como una medida fundamental para la prevención de esta enfermedad y de otras como Dengue, Zika y Chikungunya. El Aedes aegypti es el mismo vector transmisor.

 

Además, recuerda a los gobiernos locales su responsabilidad de mantener los espacios públicos libres de elementos que puedan constituirse en criaderos, así como la recolección regular de los residuos y el control de los baldíos.

 

Estas acciones se combinan con la vacunación dirigida a personas de entre 1 y 59 años de vida que aún no han recibido la dosis única de la antiamarílica, quienes viven en zonas de riesgo como Concepción, Amambay, Canindeyú, Alto Paraná (en frontera con Brasil) así como aquellas que trabajan en zonas selváticas o boscosas, guardabosques, leñadores, guías turísticos, barqueros, etc.

 

Signos y síntomas de la fiebre amarilla

  • Es una enfermedad infecciosa viral aguda, que tiene una duración breve y gravedad variable, siendo comunes las infecciones oligosintomáticas.
  • El cuadro clínico característico es de comienzo súbito y dura entre 3 a 4 días. Se manifiesta con fiebre, escalofríos, cefalalgia, dorsalgia, mialgias generalizadas, postración, náuseas y vómitos.
  • En algunos casos, al cuadro inicial puede sumarse ictericia de grado variable acompañada de oligoanuria, albuminuria y leucopenia.
  • El 15% de los casos progresa hacia la denominada etapa de intoxicación, con síntomas de insuficiencia hepática y renal, con hematemesis, melena y otras manifestaciones hemorrágicas (epistaxis, otorragias, gingivorragias). La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica muere en un plazo de 10 a 14 días, el resto se recupera sin lesiones orgánicas importantes.

 

La vacuna contra la fiebre amarilla está contraindicada en:

  • Personas con enfermedades febriles agudas, con compromiso del estado general de salud.
  • Persona con antecedentes de hipersensibilidad a huevos de gallina y sus derivados.
  • Embarazadas, salvo en situación de emergencia epidemiológica, siguiendo recomendaciones de las autoridades de salud.
  • Personas Inmunodeprimidas (Cáncer, Leucemias, Sida, etc.), niños menores de 6 meses de edad y mayores de 59 años.
  • Personas con antecedentes de hipersensibilidad a la Kanamicina y eritromicina.