- “…me diste la vida y un corazón perfecto que no sé en qué momento no lo cuidé bien y se descompuso…”, describe esta niña de 8 años en su conmovedora carta a Dios.
- En su inocencia se culpa por la enfermedad que está padeciendo, pero no pierde la esperanza de contar en breve con un donante.
- Ella no pide juguetes como otros niños de su edad, solo “un corazón sano y fuerte…porque tengo muchas ganas de seguir viviendo”, declara la pequeña.
“Querido Dios, soy tu hija Jennifer de 8 años. Te escribo esta carta primero para agradecerte por la hermosa familia que me diste, segundo, para pedirte perdón porque me diste la vida y un corazón perfecto que no sé en qué momento no lo cuide bien y se descompuso…”, reza la conmovedora carta que escribió esta niña que está luchando con una enfermedad cardiaca y que necesita con suma urgencia de un donante.
Entre líneas describe la necesidad de contar con un nuevo corazón para seguir viviendo y poner fin al sufrimiento de su madre, quien todos los días ora porque el milagro llegue para su pequeña hija.
“El tercer motivo por el cual te escribo es para pedirte un nuevo corazón, que sea sano, fuerte y prometo cuidarlo muy bien porque tengo muchas ganas de seguir viviendo, para poder crecer y jugar con mi hermanito Jorgito de un año y medio a quien amo tanto. También tengo muchos sueños que deseo realizar”, detalla esta campeona que se aferra con todas sus fuerzas a la vida.
Jenni manifiesta: “El motivo más importante de mis ganas de vivir, es para que mi mamá deje de sufrir tanto, de llorar todas las noches recostada en su silla por la cama del hospital…ella cree que ya me dormí, sin embargo escucho sus incansables oraciones”.
Ella no pide juguetes como otros niños de su edad, solo un corazón sano y fuerte que le permita seguir disfrutando de la compañía de sus seres queridos, de los juegos y las travesuras de niño, de sueños y tantas cosas que anhela realizar.
Con su fe intacta pese a su deteriorado corazón, esta niña no pierde la esperanza de que su pedido llegue pronto.
“Mi mamá me enseñó que eres bueno, Dios y que para ti nada es imposible, por eso te pido un nuevo corazón”, expone esperanzada Jenni León, quien desde hace un tiempo se encuentra internada en el hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”, a raíz de una cardiopatía dilatada que le fue diagnosticada hace más de un año y medio.