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Mar 31

La prevención es el método para ganarle a los “pequeños vectores, grandes amenazas”

  • Desechar los criaderos es la vía para evitar la proliferación de vectores.
  • Conocer las medidas para contrarrestar las enfermedades es necesaria para disminuir el impacto sobre la salud.

picadurasEn el marco de la recordación del Día Mundial de la Salud que se celebra cada 7 de abril, el Ministerio de Salud y los organismos internacionales de salud hacen énfasis en las enfermedades transmitidas por vectores que son aquellas propagadas por algunos organismos, como insectos y caracoles, que transportan virus, parásitos y bacterias a humanos.

Estas enfermedades representan una alta carga de morbilidad y mortalidad para las personas, sus familias y las comunidades, especialmente en los países más pobres, lo que causa ausentismo escolar, empeoramiento de la pobreza, impacto negativo en la productividad económica, y altos costos y sobrecargas a los sistemas de salud de los países.

Las enfermedades transmitidas por vectores impactan significativamente en la Región de las Américas, siendo los de mayor impacto la Malaria, el Dengue, la enfermedad de Chagas, la Leishmaniosis, la Filariasis linfática, la Esquistosomiasis y la ceguera por tracoma.

De acuerdo a los datos de la Organización Panamericana de la Salud, en las Américas, cerca de 106 millones de personas en 21 países viven en áreas en riesgo de padecer Malaria o Paludismo transmitido por la picadura del mosquito Anopheles en sus diversas especies, y casi toda la población de la Región, 35 países en total, a excepción de Canadá y Chile continental, convive con el mosquito Aedes aegypti capaz de transmitir los virus del Dengue, Chikungunya y Fiebre Amarilla.

Condiciones favorables para la propagación

El ciclo de vida de los vectores, así como la cadena de transmisión de la enfermedad está estrechamente relacionado con la condiciones ambientales de los ecosistemas donde habitan, incluyendo variables ambientales como la temperatura, las precipitaciones, la humedad y el uso del suelo entre otros. Los cambios climáticos han demostrado una influencia directa sobre los vectores biología y ecología de los vectores, y por consiguiente tiene un impacto en el riesgo de  transmisión de estas enfermedades.

Por ejemplo, el aumento de los patrones de lluvia tiene el potencial de incrementar el número (y condiciones ideales) de los criaderos donde se llevan a cabo la reproducción de los vectores como los mosquitos, las garrapatas y los caracoles. Las temperaturas extremas pueden retardar o acelerar el desarrollo y la sobrevivencia de los insectos‐vectores, así como el período de incubación de algunos agentes patógenos.

Los fenómenos de migración, el aumento del tráfico aéreo y terrestre y la expansión periurbana descontrolada han facilitado también, la reproducción y expansión de algunos de estos vectores y la propagación de las enfermedades transmitidas por ellos.

Prevención: La mejor respuesta

La prevención de la infección y el control de los vectores se convierten en un componente esencial para reducir la carga de las enfermedades de transmisión vectorial.

El control integrado de vectores puede disminuir el riesgo de la transmisión de las enfermedades, ya que, sin el contacto entre el huésped (ser humano) y el vector, estas enfermedades no pueden propagarse. El control integrado de vectores propone optimizar y racionalizar el uso de recursos y herramientas a través del fortalecimiento de las capacidades de los países incluyendo la vigilancia, el seguimiento de los casos y la evaluación de las acciones, así como la educación y la promoción de la salud en las comunidades, y el trabajo en conjunto con socios y aliados.

Otra clave: La acción personal

Finalmente, el papel de las personas y las comunidades son igualmente componentes esenciales para las medidas de prevención de la infección que incluyen acciones de protección individual como el uso de ropas que sirvan de barrera en la exposición a la picadura, la utilización de mecanismos para impedir el acceso a los vectores en las viviendas (uso de tela metálica en puertas y ventanas) y las acciones para reducir criaderos cerca de las casas o en las comunidades (tapado de recipientes en los que se almacena agua, eliminación de charcos y drenajes de los lugares en los que acumula el agua, eliminación de recipientes donde se acumula y control de la basura en los patios y jardines.