- “Nunca vi un hospital así”, resalta Víctor Domínguez, padre del pequeño Nigel, de 5 años.
- Elogia a los profesionales del “Acosta Ñu”, quienes velaron por la salud de su hijo con un ingrediente adicional: mucho amor.
- El pequeño nació con una cardiopatía congénita y fue sometido a 3 cirugías gratuitas de alta complejidad en este centro asistencial del Ministerio de Salud.
Nigel es el único hijo de Rossana Duarte y Víctor Domínguez. Nació en el hospital Barrio Obrero en el 2010. Le detectaron “Atresia Pulmonar”, con ventrículo único tipo izquierdo, tras ser trasladado de manera urgente al Pediátrico por presentar cianosis (color azul de la piel por falta de oxigenación de la sangre). Se trata de una cardiopatía compleja con mortalidad muy elevada si no se diagnostica y trata a tiempo.
El pronóstico no era alentador. Los profesionales del Barrio Obrero explicaron a sus padres que existía una alta posibilidad de que el niño no superara las 32 horas de vida.
Permanecieron en el hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu” con la esperanza de salvarlo y fue así. Con apenas 15 días de nacido, se sometió a su primera cirugía paliativa (corrección fisiológica de la cardiopatía). A los dos años, a otra intervención quirúrgica denominada “de Glenn”. En abril del 2015, se le practicó la última cirugía, llamada “Fontan”, que nunca antes se había hecho en el país.
Hoy es un niño rozagante y lleno de vida, hace actividades físicas normales. Sólo debe realizarse sus controles mensuales en el hospital, el último de los cuales salió en óptimas condiciones, según el relato del padre.
“Le dieron 32 horas de vida a mi hijo al nacer y en el Pediátrico le salvaron. Nunca vi un hospital así. Demasiado bien se atiende ahí, son de primer nivel, tanto el hospital como sus recursos humanos. Los doctores y enfermeras te explican paso a paso lo que pasa con tu hijo”, resalta Víctor Domínguez, al tiempo de poner en relieve que siempre le “miman” mucho a su hijo en el hospital.
En cuanto a los gastos de sus cirugías de alta complejidad, el señor Domínguez destaca que ellos no pagaron absolutamente nada. “En el hospital todo fue gratis y sabemos que son medicamentos costosísimos. Lo que no tenía el hospital, aportaron las fundaciones Ce.Ci y Santa Librada”, detalla.
El padre de Nigel resalta que no fue fácil todo el proceso que pasaron con su hijo desde que nació, menos para el pequeño. Pero a pesar de todas las situaciones de salud que debió sortear, nunca decayó. “De su última cirugía, ya despertó a las 4 horas, con una sonrisa. Es un guerrero”, recuerda Víctor.
Hoy vive una vida feliz, llena de sueños y va al jardín de infantes. “Al verle, nadie va a pensar todo lo que luchó. Cada día que despierta y abre sus ojitos es un día de bendiciones para nosotros. Las angustias, los llantos y las preocupaciones pasaron a una historia para contar”, comenta emocionado el joven padre, al tiempo de expresar una profunda gratitud al equipo médico del Hospital Pediátrico, más allá de lo profesional, por el lado humano y el cariño que siempre ofrecieron a su familia.
Beneficiado por el “Programa de cirugías cardíacas de alta complejidad”
La Dra. Nancy Garay, jefa del área de Cardiología del Pediátrico, refiere que Nigel fue uno de los primeros pacientes en ser beneficiados por el “Programa de cirugías cardíacas de alta complejidad”, que se lleva adelante desde el 2010 en este hospital de niños.
“Las tres cirugías fueron cubiertas por el hospital. En 5 años, llevamos operando a unos 500 niños con cardiopatías congénitas y adquiridas, incluyendo trasplantes cardíacos, de manera gratuita”, destaca Garay.