- Los flebótomos son los que transmiten el virus a los humanos y perros.
- Es importante realizar bloqueos ante casos positivos.
- Ante cualquier síntoma es importante acudir al médico.
Continuando con la identificación de los “pequeños vectores, grandes amenazas”, la mosquita Flebótomo es la que trasmite el virus de la Leishmaniosis.
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad van desde úlceras cutáneas que cicatrizan espontáneamente, hasta formas fatales en las cuales se presenta inflamación grave del hígado y del bazo. La enfermedad es una zoonosis que afecta tanto a perros como a humanos. Sin embargo, animales silvestres como liebres, zarigüeyas, coatíes, entre otros, son portadores asintomáticos del parásito, por lo que se los considera animales reservorios.
El agente se transmite al humano y a otros animales a través de la picadura de hembras de los flebótomos, un grupo de insectos chupadores de sangre. Su presencia está directamente vinculada a los sectores vulnerables de la sociedad, pero otros factores además de los ambientales y climáticos, influyen directamente en su epidemiología.
Son endémicas en 98 países y estudios recientes revelan que la leishmaniosis produce una carga de enfermedad de 2,35 millones, de los cuales el 2,3% recaen sobre las Américas.
Un estimado de casos revela que cerca de 90% de los registros de leishmaniosis visceral están concentrados en Brasil, Etiopía, India, Nepal y Sudán. Para leishmaniosis cutánea, Brasil, Colombia, Perú, Bolivia y Nicaragua están entre los 12 países del mundo que concentran 90% de los casos. En esta Región, hay casos registrados desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de la Argentina, con excepción de Chile y Uruguay. Anualmente, se registran alrededor de 64.000 casos, siendo cerca de 60.000 de sus formas cutánea o mucosa y 4.000 de leishmaniosis visceral.
El diagnóstico temprano de la enfermedad permite instaurar el tratamiento específico lo más pronto posible y así controlar su evolución, aliviar los signos y síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes quienes están expuestos a la muerte debida a la leishmaniosis visceral o a desfiguración y un gran estigma social por las secuelas físicas y sicológicas que puede causar la leishmaniosis mucosa.
Las herramientas de prevención y control disponibles son limitadas, por lo que es importante que las personas expuestas estén involucradas en la realización de acciones para reducir el contacto entre el humano y el vector.
Dentro del rango de enfermedades vectoriales y zoonóticas. Según el último Boletín Epidemiológico de la Dirección General de Vigilancia de la Salud, la leishmaniosis visceral ha afectado a un total de 21 personas en nuestro país en lo que va del año. Cada caso requiere de un control del área de influencia de manera a cortar con la circulación y evitar que se expanda en la población de perros que son los principales portadores.
A TENER EN CUENTA
Síntomas en humanos: fiebre recurrente y abultamiento de abdomen.
Diagnóstico: con análisis de sangre.
Recurrir inmediatamente a la consulta médica.
Síntomas en animales: adelgazamiento del animal, decaimiento, agrandamiento de los ganglios linfáticos, alargamiento de las uñas y problemas cutáneos. También pueden presentarse enfermedades paralelas como bronquitis, conjuntivitis y en otros casos hasta presencia de llagas.
Ante la sospecha de que una persona padezca de este mal, es indispensable acudir inmediatamente al Instituto de Medicina Tropical, Hospital Nacional de Itauguá, Hospital Pediátrico de San Lorenzo “Niños de Acosta Ñú” o cualquier centro asistencial para la coordinación de traslado a estos centros de referencia en caso que sea necesario.