- Cada 7 de abril, esta conmemoración ofrece la oportunidad de movilizar acciones en torno a un tema de salud específico que preocupe a las naciones del mundo.
- Este año, el tema elegido es “la depresión”, que afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los países.
- Una mejor comprensión sobre la depresión, su prevención y tratamiento, puede reducir la estigmatización asociada a la enfermedad.
El Día Mundial de la Salud, que se conmemora cada 7 de abril para recordar el aniversario de la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrece la oportunidad para movilizar acciones en torno a un tema de salud específico que preocupe a las naciones del mundo.
Este año, el tema de la campaña para el Día Mundial de la Salud elegido es la depresión, bajo el eslogan “Hablemos de la depresión”.
La depresión afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales de todos los países. Provoca angustia mental y afecta a la capacidad de las personas para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas más simples, lo que tiene en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones con la familia y los amigos y sobre la capacidad de ganarse la vida. En el peor de los casos, la depresión puede provocar el suicidio, que actualmente es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad.
No obstante, la depresión se puede prevenir y tratar. Una mejor comprensión de qué es la depresión y de cómo puede prevenirse y tratarse contribuirá a reducir la estigmatización asociada a la enfermedad y conllevará un aumento del número de personas que piden ayuda.
El objetivo general de esta campaña anual es que un número cada vez mayor de personas con depresión, en todos los países, pida y obtenga ayuda. Más concretamente, se pretende lograr lo siguiente:
- que el público esté mejor informado sobre la depresión, sus causas y sus posibles consecuencias, incluido el suicidio, y sobre la ayuda que se dispone para la prevención y el tratamiento de la enfermedad;
- que las personas con depresión sin tratar pidan ayuda; y
- que los familiares, los amigos y los colegas de las personas con depresión puedan apoyarlas.
¿Qué es la depresión?
La depresión es una enfermedad que se caracteriza por una tristeza persistente y por la pérdida de interés en las actividades con las que normalmente se disfruta, así como por la incapacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas, durante al menos dos semanas. Además, las personas con depresión suelen presentar varios de los siguientes síntomas: pérdida de energía; cambios en el apetito; necesidad de dormir más o menos de lo normal; ansiedad; disminución de la concentración; indecisión; inquietud; sentimiento de inutilidad, culpabilidad o desesperanza; y pensamientos de autolesión o suicidio.
Eje de la campaña
El eje de la campaña es la importancia de hablar de la depresión como componente vital de la curación. La estigmatización de las enfermedades mentales, incluida la depresión, sigue siendo un obstáculo para que las personas de todo el mundo pidan ayuda. Hablar de la depresión, bien con un familiar, amigo o profesional médico, bien en contextos más amplios (como la escuela, el lugar de trabajo y los entornos sociales) o en el ámbito público (medios de comunicación, blogs o redes sociales), ayuda a eliminar esta estigmatización, lo que en definitiva conllevará un aumento de las personas que piden ayuda.
Destinatarios de la campaña
La depresión puede afectar a cualquier persona. Por tanto, la campaña va dirigida a todas las personas, independientemente de su edad, sexo o condición social. Desde la Organización Mundial de la Salud se optó por prestar especial atención a tres grupos afectados de manera desproporcionada: los jóvenes de 15 a 24 años, las mujeres en edad de procrear (especialmente tras el nacimiento de un hijo) y las personas de edad avanzada (más de 60).
Mensajes generales
La depresión es un trastorno mental común que afecta a personas de todas las edades y condiciones sociales y de todos los países.
El riesgo de padecer depresión se ve agravado por la pobreza, el desempleo, los acontecimientos vitales como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación, la enfermedad física y los problemas provocados por el alcohol y las drogas.
La depresión provoca angustia mental y puede afectar a la capacidad de las personas para llevar a cabo incluso las tareas cotidianas más simples, lo que tiene en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones con los familiares y los amigos.
Una depresión no tratada puede impedir que la persona afectada trabaje y participe en la vida familiar y comunitaria.
En el peor de los casos, la depresión puede provocar el suicidio.
La depresión se puede prevenir y tratar de manera eficaz. El tratamiento suele consistir en terapia de conversación, medicación antidepresiva o una combinación de ambos métodos.
La superación de la estigmatización que suele acompañar a la depresión contribuirá a que un número mayor de personas reciba ayuda.
Hablar con una persona de su confianza puede ser un primer paso para curarse.
(Fuente: OMS).