40 niños/as que asisten al comedor “Divino Niño” fueron evaluados por profesionales del hospital distrital.- Posteriormente, informan a sus padres y madres sobre los resultados para un mejor control alimentario.
Prosiguiendo con los controles nutricionales que el equipo de profesionales del hospital distrital de Villeta efectúa, este miércoles la actividad se llevó a cabo con 40 niñas y niños del comedor “Divino Niño”, del barrio San Roque de esta ciudad de Central.
Según el reporte de este servicio dependiente de la cartera sanitaria, tras las evaluaciones, se entregó el informe nutricional a los padres y madres de familia, de manera a que los mismos efectúen un control de la alimentación de sus hijos/as, según la condición de cada uno.
En la oportunidad, también detectaron a una embarazada 18 años de gemelos que no tiene ningún control prenatal y se le orientó para las consultas.
Este proyecto es llevado adelante por las licenciadas Alicia González y Liliana González, del hospital distrital y se extenderá hasta el 9 de setiembre en dicho comedor.
La evaluación antropométrica es el conjunto de mediciones corporales con el que se determinan los diferentes niveles y grados de nutrición de la persona.
Los procedimientos son simples y seguros. La antropometría permite valorar cambios del estado nutricional e identificar situaciones de malnutrición ligera, moderada o grave.
Motivando al cambio de hábitos nutricionales
En Villeta, desarrollan dos iniciativas en el área de nutrición con la comunidad. Una incluye a los comedores vecinales, mediante la cual dos veces en el año se lleva adelante atención extramural, desparasitación, jornada educativa para madres y taller para los niños y niñas.
“Ese proyecto comenzamos en el comedor Divino Niño Jesús, con resultados excelentes. Solo tenemos un 10% de bajo peso, que han ingresado para seguimiento a al PANI, y la embarazada de gemelos captada ahora”, sostuvo la licenciada Alicia González.
Por otro lado, se desarrolla la estrategia “Escuela Saludable”, que se inició en marzo y abril en las escuelas “Adolfo María Monges” y “María Auxiliadora”.
En el marco de esta estrategia, se hace seguimiento de las cantinas, con evaluación de la aceptación de los niños/as de la merienda escolar.
Además, cada niño/a recibirá su diagnóstico nutricional en sus respectivos cuadernos de aviso.
“No solo realizamos antropometría, diagnosticamos y efectuamos charlas grado por grado, insistiendo en las alternativas al consumo de golosinas”, explicó la profesional.
En las primeras escuelas evaluadas, según el reporte, se detectó un 30% de estudiantes con de sobrepeso y obesidad.
“Creemos que los chicos consumen la merienda escolar y, con el dinero de sus familias, adquieren alimentos chatarra como golosinas, frituras, gaseosas”, sostuvo González, refiriendo que se trata de un trabajo a largo plazo y, según resultados, lo que se espera es influir en la conciencia de padres y madres, de modo a insistir en la incorporación de cantinas saludables.
