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Sep 23

Recuerdan primer trasplante cardiaco en hospital público

  • Liz, una niña de 11 años celebró el aniversario de su segunda oportunidad de vida.
  • Hace un llamado de verdadera solidaridad para aumentar la donación de órganos.
  • “El cuerpo sigue en la tierra, pero las almas se van al cielo”, aseguró la pequeña.

lizA cuatro años de someterse a un trasplante cardiaco, Liz Ávalos agradece a la familia que dijo sí a la donación de órganos, a su vez realiza un pedido especial.

El equipo de cardiología del Hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”, celebra la vida de la niña, con un emotivo agasajo.

“Me donaron un corazón y gracias a eso pude tener una segunda oportunidad para vivir con mi familia”, fueron las palabras de la niña de 11 años, quien hoy llegó al hospital para celebrar su segundo cumpleaños, como ella llama a aquella fecha en que le devolvieron la oportunidad de seguir viviendo.

Liz, expresa lo que siente y lo que cree debe pasar en el momento en que un ser querido pierde la vida, “de qué nos sirve que nuestros familiares se hayan ido ya. El cuerpo sigue en la tierra, pero las almas se van al cielo”, aludiendo a la importancia de dar continuidad a la vida después de la muerte.

Su vida diaria se convirtió en un estímulo para los trabajadores de la salud para continuar con campañas de donación de órganos. Ella cuenta que lleva una vida normal, cursa el cuarto grado en una escuela de San Lorenzo y tiene la oportunidad de compartir con sus compañeros tanto las tareas escolares como también algún festejo fuera de aula.

En su casa, ayuda a su abuela, Doña Rufina, a quien llama mamá por ser quien la cuidó desde muy pequeña. Su hermano, Marcos, intenta enseñarle a dibujar, pero dice no ser muy buena aprendiz en esta área del arte. Como a todos los niños, le gustan los animales; tiene dos mascotas, su perro, Max y su gallo, Tomás.

Festejo

El equipo de cardiología del hospital celebró el cuarto año de aquel primer trasplante cardiaco que se realizó un 21 de septiembre del 2012. Muchos de ellos, por diversos motivos, no pudieron estar presentes durante la mañana en que se ofreció un desayuno especial a Liz, y donde aprovecharon la ocasión para brindar y hacer un pedido especial, “conseguir un donante para Nancy” –quien está conectada a un corazón artificial en terapia cardiológica-  y darle la misma oportunidad que tiene Liz, hoy.

El 21 de septiembre de 2011, Liz Ávalos, en ese entonces con 7 años de edad, ingresaba a quirófano acompañada de todo el equipo de cardiología del Hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”. Tras cinco horas de trabajo, se daba la noticia de que un nuevo corazón devolvía a Liz la posibilidad de vivir.

Desde ese entonces, se han registrado varios trasplantes realizados exitosamente.