- Un alto porcentaje de sal se encuentra en los enlatados y alimentos procesados.
- Recomiendan consumir alimentos frescos.
- Reducir el consumo de sal es muy importante.
Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo excesivo de sal por día aumenta la probabilidad de sufrir hipertensión arterial, el principal factor de riesgo de muerte por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. Sin embargo estos no serían los únicos efectos que tiene sobre la salud el abusar de la sal. Ingerir este condimento en gran cantidad está asociado con un aumento del riesgo de padecer Cáncer gástrico.
Técnicamente hablando, si sufrimos infección por Helicobacter Pylori, la bacteria causante de úlceras en el estómago presente en al menos un 50% de los adultos, el riesgo se multiplica. Existe una oncoproteína llamada cagA, producida por el Helicobacter, que cuando está en un ambiente muy salado, podría desencadenar cáncer prácticamente en el 100% de los casos.
Debemos ser conscientes que la sal que tomamos no proviene únicamente de la que añadimos con el salero. Prácticamente todos los alimentos procesados contienen sal. Los panificados, los cereales de desayuno, las conservas enlatadas (atún, sardinas…), los vegetales encurtidos, los embutidos, el queso, la carne procesada, las papa fritas o snacks… tienen un notable contenido de sal. Y no olvidemos las comidas preelaborados como unos canelones listos para calentar y comer, una pizza o una hamburguesa de un restaurante de comida rápida, en los que una ración fácilmente puede contener más del doble de la cantidad de sal recomendada por día para prevenir enfermedades. Esto supone que cerca del 75% de la sal que consumimos es “invisible” porque ya viene presente en los alimentos y sólo el 25% la añadimos nosotros a los alimentos.
Y además, lo más importante, es que se ha calculado que el 14% de los casos de Cáncer de estómago podrían evitarse si se disminuyera el consumo diario de sal.
Recomendaciones para limitar el consumo de Sal
- Leer las etiquetas de información nutricional, eligiendo los que tengan menor contenido de sodio.
- Preparar la comida no añadiendo sal a los alimentos mientras se cocinan.
- Evitar el uso del salero en la mesa.
- Añadir sabor, usando hierbas o especias en vez de sal.
- Consumir preferentemente alimentos frescos, en vez de enlatados o procesados.