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Jul 02

Regresarán a casa con corazones más fuertes

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  • Reportan “resultados exitosos” de cirugías cardiacas de alta complejidad efectuadas en el Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”.
  • El desafío de salvar la vida de pacientes con diagnóstico grave se convirtió en un impulso para los médicos de este servicio del MSPyBS, quienes convocaron a expertos que llegaron desde Brasil y la Argentina.
  • Esto permitirá a los pequeños pacientes transformar las historias de angustia por las de “una vida normal y prometedora”.

Niños con diagnóstico de Anomalía de Ebstein, Aplasia Mitral y otros ingresaron a quirófano por largas horas y los resultados fueron excelentes. El Prof. Dr. Miguel Barbero, uno de los cardiocirujanos más prestigiosos a nivel mundial, junto a la Dra. Carla Tanamati, llegaron del Brasil para operar con el equipo del hospital Pediátrico compuesto por cardiocirujanos, anestesiólogos, instrumentadores, perfusionistas, enfermeras, entre otros. Actualmente, los cuatro pacientes se encuentran en proceso de recuperación y en unos días más podrán ir a sus hogares.

Por otra parte, en el mismo departamento de Cardiología, la Dra. Liliana Ferrini, cardiopediatra hemodinamista intervencionista cardiovascular, llegó desde la Argentina para realizar procedimientos que hicieron por primera vez en un hospital público como el cierre de Comunicación Interauricular (CIA) por cateterismos en un paciente de tres años.

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La Dra. Nancy Garay, Jefa del departamento de Cardiología del Acosta Ñu, comentó que existen muchas cardiopatías que hoy en día -gracias a la tecnología- pueden ser solucionadas por cateterismo cuando antes solo se podía pensar en las cirugías como único método. “Una de las ventajas es el tiempo, demanda mucho menos tiempo de internación, la recuperación es más rápida y el paciente tiene su alta entre 12 a 24 horas después de realizado el procedimiento y no quedan cicatrices”, explicó la profesional.

En enero de este año, se habilitó la primera sala de hemodinamia en el Acosta Ñu, convirtiéndose en la primera en el sector público. La inversión de unos 10.000 millones solo en esta área permite actualmente realizar más procedimientos, en menos tiempo y con resultados óptimos.

La visión de un maestro

El Prof. Dr. Miguel Barbero, jefe de cirugía cardiovascular pediátrico del Instituto del Corazón de San Pablo, Brasil, y del Hospital Sirio Libanés, comentó que existen centenares de cardiopatías congénitas. Para el médico, lo recomendable es contar con uno o dos centros quirúrgicos en Asunción para recibir todos los casos desde las más conocidas hasta las más raras.

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Mencionó también que en Brasil, reciben ayuda de las fundaciones para mantener la calidad de los servicios del hospital público, debido a los altos costos “es un esfuerzo en conjunto, el gobierno y la población de la sociedad general para con esa asociación y conseguir llegar a un punto común, de ayudar a los chicos”.

El Dr. Barbero consiguió habilitar casas para niños que necesitaban trasplantes cardiacos en Brasil para un mejor seguimiento pre y post operatorio, intercedió por los paraguayos para que puedan ser operados en el vecino país, ayudando a niños sin recursos económicos. Ante la noticia de que llegaba a Paraguay, una joven de 22 años se trasladó al Acosta Ñu para agradecerle por haberla salvado cuando era aún una niña; no fue el único caso, unas horas más tarde, una pequeña llegó junto a sus padres para poder darle un abrazo al médico que trasformó su vida.

“Contento de estar con un grupo de excelencia”

El Dr. Barbero indicó tener un inmenso cariño hacia Paraguay. “Conocemos a todos los cardiólogos de aquí y hacemos intercambios de pacientes, entonces cuando Nancy Garay me llamó para venir, con Carla dijimos que vendríamos con todo placer”.

“Estamos muy contentos de estar en Paraguay y con un grupo de excelencia como el que se ha creado aquí con un centro quirúrgico perfecto, diagnóstico perfecto, post operatorio muy bueno y mucho cariño de los médicos. Los médicos de aquí son sacerdotes, son muy cariñosos con los chicos, es una gran satisfacción poder venir a Paraguay”, expresó el Dr. Miguel Barbero.

También recordó al Dr. Marcos Melgarejo, que fue su alumno y con quien en esta ocasión compartió quirófano. Al ser abordado sobre el desempeño del Dr. Melgarejo, dijo: “desde el comienzo, uno se dio cuenta de que él iba a ser un gran cirujano”.