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Feb 23

“Siempre perdía a mis bebés por eso no tenía esperanza de que ella sí viviera” 

  • Alto Paraná madre1Una joven de 31 años había tenido cuatro abortos espontáneos.
  • Pero durante el último embarazo, algo diferente ocurrió.
  • Camino a lograr la meta de #CeroMuertesEvitables.

 

Lidia Mabel ya había pasado por cuatro abortos espontáneos poco antes de dar a luz. Pero volvió a quedar embarazada, aunque ya no cifraba muchas esperanzas de que el final fuera diferente.

Pero esta vez, un Equipo de Salud de la Familia la captó y se aseguró de darle todo el seguimiento necesario para cuidar la vida de la joven madre de 31 años y la de su bebé en camino.

Es así que, no solamente provista de sus equipos y su uniforme, sino de mucho cariño y vocación de servicio, la licenciada Marisol Aguirre, de la USF “Los Cedrales”, departamento de Alto Paraná, iba semana a semana hasta su vivienda a controlar el crecimiento y el desarrollo de feto y las condiciones de salud de la gestante quien, según los detalles de su ficha, padecía de anemia.

También la acompañó para sus controles prenatales con el médico en el hospital regional de Ciudad del Este, trasladándola ella misma hasta el centro asistencial, por su condición de alto riesgo.

“Se hacía transfusión durante el embarazo”, cuenta la licenciada, añadiendo que requiriAlto Paraná madre2ó inclusive estudios muy especializados para los cuales se contó con la colaboración del mismo equipo y de la iglesia a fin de solventarlos.

El día 14 de octubre del 2015, siendo las 21 horas, todo el esfuerzo y el seguimiento dio sus frutos, con la llegada de una saludable y rozagante niña, que pesó dos kilos cien gramos al nacer, a las 34 semanas de gestación. El parto se realizó en el hospital regional, y las curaciones y el seguimiento fueron efectuados por la licenciada Aguirre en el domicilio de la paciente, desde su alta.

Hoy, la hermosa “Daniela” tiene cuatro meses y es la princesa de su hogar, así como de la Unidad de Salud de la Familia, que la cuida y controla de manera periódica para asegurar que crezca sana y fuerte.

“Siempre perdía a mis bebés por eso no tenía esperanza de que ella viviera”, sostiene la madre, con una sonrisa de felicidad tomando en brazos a su pequeña hija.