- 13 meses atrás, Érica pesaba apenas 28 kg. a sus 10 años.
- La pequeña no iba a la escuela porque padecía de una hipertrofia en las amígdalas que le impedía hablar, a lo que se sumaba una edad madurativa y mental inferior a la cronológica.
- Pero su vida y la de su familia cambiaron cuando el Equipo de Salud de la Familia “Los Cedrales” la captó durante una visita domiciliaria en su territorio social, en Alto Paraná.
Fue captada por la Unidad de Salud de la Familia de su comunidad cuando pesaba apenas 28 kg. a sus 10 años. La historia de Érica es una muestra de que si existe amor al prójimo, dedicación al trabajo y mucha fuerza de voluntad, es posible mejorar la vida de las personas de una manera ostensible.
La licenciada Marisol Aguirre, miembro de la USF “Los Cedrales”, de Alto Paraná, desde hace 13 meses realiza un exhaustivo seguimiento al caso, y los resultados hablan por sí solos.
La niña fue ingresada al Programa Alimentario Nutricional Integral, mediante el cual mensualmente recibía leche fortificada y controles permanentes. Asimismo, le fueron practicados estudios laboratoriales y evaluaciones psicológicas, mediante las cuales se pudo constatar de que la edad madurativa de la pequeña era de 6 años y la mental era de 4 años y medio.
También le diagnosticaron déficit a nivel perceptivo visomotriz e hipertrofia de las amígdalas, causante de una dificultad para el habla.
Todo esto, sumado al bullying que recibía en la escuela por las dificultades que presentaba, hizo que dejara sus estudios.
Giro de 180 grados
La labor de este Equipo no quedó solamente en la atención a su salud. Los integrantes de la USF “Los Cedrales” también fueron hasta la escuela local y abogaron para que, tanto profesores como alumnos, colaboren en el proceso educativo de la pequeña, logrando que ingresara de nuevo al primer grado.
Pero aún le faltaba una cirugía de amígdalas para ayudarla a expresarse mejor. Y, tras meses de consultas y viajes hasta la capital departamental de la mano de la licenciada Aguirre, finalmente accedió a la operación esta semana en el hospital “Los Ángeles”, de donde fue dada de alta un día después.
“Gracias a esta cirugía ella va a poder hablar. Sus amígdalas eran gigantes”, refirió Aguirre, haciendo una pausa para contar como anécdota que lo primero que Érica le dijo tras la intervención es que cuando sea grande ella quiere ser doctora.
La vida de Érica dio un giro completo. Aumentó 23 kg. y está lejos de ser aquella niña introvertida que conocieron los profesionales del Ministerio de Salud el año pasado.
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